Es una actividad eminentemente espiritual que tiene como finalidad la restauración de la persona en su dignidad de hijo de Dios. Entendida así la misión tiene dos direcciones de trabajo: evangelizar y servir.
Amparados por estas líneas, cientos de jóvenes entusiastas guiados por un auténtico espíritu de fraternidad y amor al prójimo, recorren las comunidades del país.
Actualmente y debido a la crisis mundial provocada por el COVID-19, nos planteamos una metodología distinta; desde un escenario virtual y con un contexto que nos permite buscar nuevas formas de evangelizar y servir a muchas más personas.